20 de diciembre de 2009

Si, hace mucho tiempo existió

Si, hace mucho tiempo existió. Se dieron cuenta, como hoy, que la forma de ver el mundo podía ser distinta. De pronto, ya no todo dependía de los mismos. Empezaron a participar, empezaron a crear, a tomar parte de lo que son, a entender que la cultura la hacemos todos, y a su vez, a imaginar, a ser críticos, y a no conformarse con lo que les llegaba de los de siempre.
Pero de repente, desgraciadamente para ellos –y para nosotros-, todo dio un vuelco. Lo que se había logrado, pese a que todos ponían empeño en que funcionara, se vino abajo por los de siempre, por los de ahora mismo quizás. Y es que no podían luchar contra un muro de hormigón, un muro que aún hoy constriñe nuestras almas.
Pero recuerda, no le digas esto a nadie, ya sabes que nos vigilan…

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15 de diciembre de 2009

Universala Komunikado

El hombre es un animal social. Necesita de sus semejantes para poder sobrevivir, para poder realizarse como individuo.
Por tanto, no es de extrañar que el ser humano ponga todo su empeño en complejizar sus relaciones sociales. Y para eso es capaz de salvar obstáculos que le son impuestos por la Madre Naturaleza. Acortamos distancias, y conducimos nuestras palabras por los vientos, con tal de sentirnos aún más cerca.

Sin embargo, el hombre no deja de ser extraño en ese sentido; necesita reunirse, pero a su vez crea fronteras, límites, bordes, aduanas. Una de estas fronteras es la lengua, que, a priori, limita la red social a la que se conecta un ser humano, a determinados individuos. Esto es, la comunidad de hablantes de su lengua o lenguas.
Hace bastante tiempo, un oculista polaco llamado Lázaro Zamenhof se dio cuenta de la enorme barrera que suponía la carencia de una lengua común. Se percató que en su barrio, donde convivían varias etnias, las personas tan sólo podían establecer relaciones dentro de su misma red cultural, justo por el susodicho problema de la lengua.
Decidido a acabar con este problema, el Doctor decidió dedicar diez años de de su vida a crear una lingua franca neutra, inspirada en la mezcla de distintas lenguas, pero no identificable con ninguna cultura en particular, pues si una lengua de intercambio, si es nacional, es una imposición, no un instrumento para el intercambio de ideas en igualdad. No le puso nombre, en un principio, pero afirmó que esa lengua sería de aquellos que tuvieran esperanza en un mundo sin barreras lingüísticas, o sea, en esa misma lengua, sería de los esperantistoj. A partir de aquí, esta nueva lengua se llamaría Esperanto.



A principios del siglo pasado, el Esperanto gozó de una gran popularidad. Antes de las Guerras Mundiales, la gente aún soñaba con derribar la barrera lingüística que tuvo durante tanto tiempo a los pueblos enfrentados. A mediados del siglo, la propuesta de establecer el Esperanto como lengua de intercambio internacional se llevó a Naciones Unidas, pero tras la oposición de Francia –hecho que puede comprenderse mejor si tenemos en cuenta que la lengua de la diplomacia en estos momentos era el francés, con todas las ventajas que aquello suponía para el país galo-, la idea no llegó a buen puerto, y el Esperanto fue olvidado.
El esperanto es una lengua tremendamente fácil de aprender. En seis meses, se puede llegar a dominar perfectamente, cosa que con una lengua nacional podríamos tardar varios años. Esto es debido a que esta lengua es absolutamente regular, y no tiene excepciones. La gramática, por tanto, es sencillísima. Por poner un ejemplo, niño en Esperanto se dice infano (-o es la sufijo de todos los sustantivos), infanino es niña (-ina para sustantivos femeninos), infana es infantil (-a para todos los adjetivos) e infane es infantilmente (-e para todos los adverbios). Por tanto, si sabemos que frato es hermano, comprenderemos inmediatamente lo que significa fratino, frata o frate.
Sin embargo, debemos conocer que, si bien la idea del Esperanto es algo digno de revolucionar tanto el mundo como las relaciones humanas, su uso no llegó a cuajar, tal vez porque aunque seamos capaces de atravesar montañas, volar por los cielos o hacer que nuestra voz llegue a kilómetros de distancia, todavía no hemos sido capaces de superar nuestra mayor barrera: nosotros mismos.
Aun así, siempre nos quedará días para el recuerdo, como hoy, 15 de diciembre, en el que se celebra el Día Mundial del Esperanto, y el momento para la reflexión de lo que somos capaces de hacer y que nosotros mismos impedimos.

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4 de diciembre de 2009

Benedetta Tagliabue en Studio Banana TV

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Sobre este blog

Los que me conozcan sabrán que este no es ni de lejos mi primer blog, ya hubo algunos anteriores, que conseguí mantener hasta que tuve la oportunidad. Así pues, debo advertir, este espacio se hace eco de la temporabilidad y mutabilidad actuales, garantizando desde el principio la poca garantía de perdurabilidad.

A todos aquellos a los que no les asuste esto, y decidan seguirme en este tiempo, bienvenidos seáis, espero no defraudaros.